Falsas propuestas de desarrollo vestidas de verde
08.29.17 / Roberto Vallecillo - SIMAS
La cumbres internacionales admiten que los sistemas agroindustriales y alimentarios son agentes determinantes en la emisión de gases de efecto invernadero y que el cambio climático implica tremendos retos para nuestras capacidades de alimentar a una población creciente. Entonces como primer paso es desenmascarar las propuestas ahora vestidas de verde como: desarrollo sostenible, economía verde, Buenas Prácticas Agrícolas (BPA)... y promover lo que funciona para asegurar un alimento sano sin poner en riesgo la salud, ni contaminar, ni destruir el lugar donde vivimos.
“Como estamos inmerso en un modelo dominante de producción y distribución mundial de alimento y no hay voluntad política de desafiar este sistema. Siguen proponiendo los megaproyectos de geoingeniería, cultivos transgénicos que prometen resistir la sequía y la imposición de los agrocombustibles. Ahora es llamado Agricultura Climáticamente Inteligente (Climate-Smart Agriculture, CSA) y está promoviéndose como la solución a los retos del cambio climático y la seguridad alimentaria.
La CSA también se enfoca en aumentar la producción y el rendimiento con “soluciones” técnicas y presta poca atención a las desigualdades sistémicas e institucionales que han hecho sobre todo a los pequeños agricultores –en especial a las mujeres– vulnerables al impacto climático. Además, con respecto al impacto ambiental y social, este concepto es vago y se presta para su abuso...” aclara Peter Rottach, uno de los tres autores del documento “Hacia una agricultura a pequeña escala resiliente al clima. Resultado de tres talleres realizados en África, Asia y América Latina”, y sostiene que: “Su falta de parámetros claros permite que cualquier modelo y escala de agricultura, se pueda promover como “climáticamente inteligente”, incluyendo los sistemas de producción insostenibles, industriales, a gran escala, químicos o de gran consumo de energía...”.
La única solución efectiva es abandonar estos sistemas enmarcados en la Revolución verde de la agricultura convencional gobernados por las mega corporaciones y recuperar los sistemas alimentarios locales en manos de las comunidades campesinas.
Implementar políticas de apoyo a la producción y abastecimiento local. Crear alianzas entre los movimientos sociales, plataformas y forzar a que los gobiernos cambien de postura y desmantelar estos sistemas agroindustriales no consumiendo sus productos, pero lo más importantes es continuar creando nuevas soluciones entre todas y todos y seguir reforzando las alternativas que ya están en nuestras manos, concluye Rottach.